viernes, 18 de julio de 2008

EL EGEO (10)

9/07/08 a las 21:00 h.
Queridos mariner@s de tierra a dentro y de mar,
Mañana dejaremos por la popa a Lesbos, en la cual hemos permanecido 3 días y, depende como tengamos el viento, decidiremos poner proa a Limnos o a Svstratrios. Las singladuras desde Mytilini, sin dar bordos son de unas 100 mn.
Que poco les queda ya a la nueva tripulación que se va a incorporar, me imagino que estos días se les harán lentos y hasta que no estén sentados en el avión...
Conchi te diré que la marinería tomó nota desde que tu adujiste los cabos en la cubierta en espiral, y así lo hacen desde entonces.
José Antonio y Alex, solo tenéis hasta el fin de semana para localizarme el carro de la botavara, y entregárselo a Conchi o a Ramiro, porque el siguiente remplazo viene el 1 de Septiembre.

Besos y abrazos del capi y tripu.



SINGLADURA 7/7 (FELICIDADES A LOS FERMINES)
Siguiendo el plan previsto, levantada de ancla después de desayuno, zódiac a bordo y rumbo al islote que hay en la entrada. Fondeo y a disfrutar. El agua transparente, el islote, con tonalidades diferentes, parte de el, parece nevado debido a las deposiciones de sal que se encuentran en los huecos de sus paredes.
Manuel al agua, esta vez con fusil por si acaso se le pone delante un pez con el tamaño suficiente para guisarlo o meterlo en el horno. Javier y yo al agua a refrescarnos y desde la superficie a ver los fondos con las gafas y el tubo. Por desgracia, en el Egeo hay muy poca pesca y Manuel regresa sin haber pegado ni un solo tiro.
Nos dirigimos a Kolpos Geras dejando la ciudad de Plomarion por estribor, fondeamos para comer y darnos un baño en una cala bonita llamada Mersina, la cual tiene dos islotes en la entrada, dos playas al fondo, una con un chiringuito y a continuación rumbo a la bahía de Geras.
Aunque no representan grandes dificultades las entrada, hay que ir muy atento a la carta y a la sonda debido a que hay algún bajo y bancos de arena que se adentran mucho en el agua. Después de navegar unas 3 mn. encontramos una cala que nos gusto y allí echamos el hierro. La cala tiene un pequeño pueblo que se dedica sobre todo a la pesca, ya que tiene barcos pesqueros de los mas grandes que hemos visto por estas islas, también tiene mantenimiento de barcos y carpintería de ribera, además de un hotel muy bonito y muy cuidado, hecho en las ruinas de una antigua fábrica.
Zódiac al agua y reconocimiento del pueblo que es muy pequeño y tiene 3 bares en la ribera, nos sentamos en el mas nos gusto y tenía un pelícano como en Mikonos detrás del cual anduvo el segundo un buen rato para intentar cogerle alguna pluma para preparar un arte de pesca, arriesgándose a un picotazo.
Ya de noche regresamos a bordo, cena y Manuel y Javier quedan en la bañera aporreando las guitarras y tomando una copa. La noche es espléndida y es a la única hora que se puede estar sin sufrir los 35º que tenemos.


SINGLADURA 8/7
Sobre las 10 h. levantamos el ancla y con la zódiac a remolque, con la idea de utilizarla para dar una navegada por un entrante en forma de río que se veía al final de la bahía. Mucho calor pues no hay viento, temperatura dentro del barco 29,3º y fuera 35,8º, después de recorre 3 millas decidimos dar la vuelta y pusimos rumbo a la salida de la bahía . Allí el agua es mucho mas transparente. Fondeamos en una cala y al agua, el calor es asfixiante, 37º al momento de salir ya estabas seco, nos zambullimos varias veces. Rumbo a Mytilini izamos la mayor, pues aunque no hacia prácticamente viento nos daba sombra.
Nada mas entrar en el puerto, un silbato y la autoridad diciéndonos algo a voces, como no entendíamos nos acercamos con el barco y todo su interés era como siempre saber si veníamos de Turkía, al decirle que nuestro anterior puerto había sido Samos nos dijo donde debíamos atracar, recorrimos la zona para ver alguna torreta de agua y luz próxima para podernos conectar y una vez localizada, como siempre ancla al fondo, bastante cadena y popa al muelle.
En Grecia, la mayoría de los muelles no tienen gasolinera, pero si que hay en casi todos pequeños camiones cisterna y en su defecto teléfonos y se acercan a servirte al barco. Aquí teníamos uno al lado pero estaba vacío, le encargamos gas-oil sobre todo por el generador, ya que al tocar pocos puertos y algunos sin energía, funciona varias horas al día para mantener frigoríficos, baterías y a veces el aire acondicionado. Como tenía que ir al gasocentro le dimos dos garrafas para que nos trajera gasolina para la zódiac. Nada mas conectar el agua, ducha debajo de la manguera, no sin antes dejarla correr un buen rato pues quemaba. La temperatura sigue subiendo y cada dos por tres ducha con al manguera en cubierta. Llenamos los depósitos de agua, hacemos algo de colada y endulzamos cabos, lonetas y demás enseres que están llenos de salitre, y a comer. Intentamos dormir una siesta al la espera de que el sol bajase un poco pero fue imposible debido al calor. Aquí la tensión de suministro es tan escasa (entre 175 y 200 v.) que con mantener las baterías y frigoríficos nos conformamos. Con lo cual no podemos poner el aire acondicionado a no ser que arranquemos el generador.
Salimos a una terraza fresquita y cuando el sol nos dio un respiro, dimos un paseo entrando en una exposición de pintura, que aunque la pintura no nos gustaba mucho, la sala tenía dos cosas muy importantes, aire acondicionado y vino español(en este caso griego) con pinchos. Allí conocimos a John, que al oírnos hablar español se me acerco, es de S. Sebastián y estaba en Lesbos con una beca, en septiembre haría un año. Es conocido de las expositoras y les había ayudado a montar la exposición. Estuvimos charlando un buen rato y preguntándole por los sitios mas interesantes de Lesbos, ya que mañana alquilaríamos el coche y podríamos conocerlos.
Estando en la exposición llamó Basilio, nos dijo que tardaría 30m. en llegar y quedamos de esperarlo en el barco. Así fue llegó y pinchamos algo en el Odysseas, le encanto la cecina, no la conocía y se mostró interesado de que animal era, de que parte, como se fabrica etc. Nos despedimos regalándole una botella de vino del Odysseas y el quedó que al día siguiente nos traería una de aceite de su cosecha.

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