domingo, 7 de septiembre de 2008

EL REGRESO (Águila Coaz)

SINGLADURA 4-9
Hola queridos y queridas en el Señor. Los más madrugadores: Roberto, Manuel y el escribidor cogimos la zódiac y fuimos a visitar una zona de la costa próxima en la que hay grutas de gran belleza y unas paredes verticales de más de 200 metros que caen a plomo en el mar. La profundidad es de 50 metros a pocos metros del muro.
De regreso al barco recibimos la visita de un nadador griego de 78 años que se acercó al Odysseas a saludarnos. Hablaba una lengua muy curiosa que bautizamos como greco-italiano: Una palabra en italiano y veinte en griego con lo que la comunicación fue perfecta, como podéis suponer. Después de un rato de charleta le dijimos que lo llevábamos a tierra en la zódiac. Se negó en redondo y se fue nadando tranquilamente. ( Había ½ milla de distancia hasta la playa. Levamos ancla y salimos hacia un puertecito que se llama Agios Nicolaos, o San Nicolás en castellano. (Debe de haber 300 pueblos en Grecia que se llaman de esta forma, así que los carteros las deben de pasar putas para averiguar a qué Agios Nicolaos van dirigidas las cartas). Había 20 millas por delante, así que comimos a bordo ¿Cómo no? Atún a la plancha (exquisito) y ensalada de tomate al estilo Mirito: pelado y con ajo picado muy fino.
El puerto está protegido por un islote y la zona de amarre está aún sin terminar, pero la gente es muy agradable y el encargado del puerto (Dimitri) un tipo encantador.
En un pequeño supermercado (vaya gilipollez que acabo de escribir: pequeño supermercado). En una tiendita nos recibió una chica muy joven y nos preguntó nuestra nacionalidad. Cuando le dijimos que éramos españoles empezó a hablar en un castellano bastante aceptable. Sorprendidos, le preguntamos dónde lo había aprendido: “En las telenovelas”, nos contestó. ¡Manda cojones!
Un saludito. El águila coaz

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