SINGLADURA 13-9
Zarpamos rumbo a Vulcano, isla que está a cuatro millas de Lípari, con la intención de pasar la mañana en ella, darnos un baño y comer.
Así lo hicimos. Un bañito que Manuel aprovechó para recoger algunas piedras y un par de corales fosilizados. Después, comida: hoy tocaba caldereta de cordero que fue muy ponderada por los comensales.
A las cinco de la tarde, levamos ancla y pusimos rumbo a la isla de Ustica, a 80 millas al oeste. Unas veinte horas, aproximadamente.
La travesía fue un poco movida, con un viento por la amura de estribor. Hubo un buen rato que estuvimos viendo tormentas, con gran aparato eléctrico, por nuestra popa y, nosotros, tan contentos. A las tres de la madrugada una tormenta se nos acerca por la proa, así que trajes de agua y “que chova”.
Llegamos a Ustica a las once de la mañana con un viento de 20 nudos del oeste navegando a motor y con la mayor izada para estabilizar el barco.
Dedicamos el día a hacer colada, comiditas y a descansar. Eso es todo. Abrazos. El A.C. en nombre de la tripulación del Odysseas

lunes, 15 de septiembre de 2008
Desde Tierra

!!!Al parecer, el látigo de siete colas del Capi no está funcionando!!! No nos mandan SINGLADURASSSSSSSSSS.
Sabemos que la tripulación del Odysseas está perfectamente, que navegan día y noche y que las travesías son de unas 200 millas náuticas. Por ello, vamos a dar un pequeña tregua al Águila Coaz y seguimos a la espera de sus redacciones.
Sabemos que la tripulación del Odysseas está perfectamente, que navegan día y noche y que las travesías son de unas 200 millas náuticas. Por ello, vamos a dar un pequeña tregua al Águila Coaz y seguimos a la espera de sus redacciones.
La que os indico en la foto está siendo su travesía (Ústica - Sur de Cerdeña)
Gel (Ex-redactora accidental)
Gel (Ex-redactora accidental)
miércoles, 10 de septiembre de 2008
Desde Tierra

Para todos aquellos seguidores de este Blog, deciros que durante al menos dos días estaremos sin recibir SINGLADURAS!!!. El Odysseas ha salido como habréis leído de Paxi hacia Italia, rumbo Mesyna.
Son unas 213 millas náuticas sin ver tierra y sin cobertura, supongo que en dos días estarán allí y nuevamente el Águila Coaz nos vuelva a mantener informados de sus aventuras.
Grumete Gel.
Grumete Gel.
EL REGRESO (Águila Coaz)
SINGLADURA 9-9
Hoy hemos pasado el día en Gaio, la capital de Paxi.
Por lo tanto, en esta última crónica desde tierras griegas –mañana
salimos hacia Italia- no os hablaré de navegación (que no hubo) sino de la historia de esta hermosa tierra. T
odo el Eptaneso sufrió invasiones desde el principio de los tiempos. Su alto valor estratégico hizo que su posesión fuera disputada por romanos, bizantinos, venecianos turcos, ingleses, franceses, etc. y sólo en 1864 se pudieron unir al estado griego.
En 1953, un tremendo terremoto destruyó tres de las siete islas: Zakhintos, Kefalonia e Ítaca. Pocas edificaciones sobrevivieron y construcciones civiles (el ayuntamiento del que os hablaba ayer) y casi todas las iglesias quedaron arrasados. Pero como dice el poeta Dionisio Solomos, “de las heridas que dejó el terremoto pronto surgieron flores”. Y se pusieron manos a la obra para reconstruir las ciudades y los pueblos. La gente es extraordinariamente amable y educada y la comunicación con todos ellos es muy fácil.
El héroe local, evidentemente, es Ulises y todos se disputan alguna hazaña o alguna leyenda relacionada con él. Muy cerca de aquí está la playa, de arena blanquísima donde, según Homero, la bella Nausicaa, hija del rey Alquinoo encontró al náufrago Ulises, a quien cuidó y prestó su ayuda (dicen los maliciosos que algo más que ayuda) en su regreso a Ítaca.
El Eptaneso está formado por siete islas, más o menos grandes, pero en total están recogidos dentro de esa misma denominación hasta 123 islas o islotes de los que sólo 28 están habitados.
Todos presumen de tener el mejor vino y el mejor aceite de Grecia. El vino se deja beber, sobre todo si está bien fresco y el aceite es bueno pero mucho más caro que en España. Eso es todo por hoy, queridos y queridas. La próxima crónica será desde el sur de Italia.
Salud. El A.C.
Hoy hemos pasado el día en Gaio, la capital de Paxi.
Por lo tanto, en esta última crónica desde tierras griegas –mañana

odo el Eptaneso sufrió invasiones desde el principio de los tiempos. Su alto valor estratégico hizo que su posesión fuera disputada por romanos, bizantinos, venecianos turcos, ingleses, franceses, etc. y sólo en 1864 se pudieron unir al estado griego.
En 1953, un tremendo terremoto destruyó tres de las siete islas: Zakhintos, Kefalonia e Ítaca. Pocas edificaciones sobrevivieron y construcciones civiles (el ayuntamiento del que os hablaba ayer) y casi todas las iglesias quedaron arrasados. Pero como dice el poeta Dionisio Solomos, “de las heridas que dejó el terremoto pronto surgieron flores”. Y se pusieron manos a la obra para reconstruir las ciudades y los pueblos. La gente es extraordinariamente amable y educada y la comunicación con todos ellos es muy fácil.
El héroe local, evidentemente, es Ulises y todos se disputan alguna hazaña o alguna leyenda relacionada con él. Muy cerca de aquí está la playa, de arena blanquísima donde, según Homero, la bella Nausicaa, hija del rey Alquinoo encontró al náufrago Ulises, a quien cuidó y prestó su ayuda (dicen los maliciosos que algo más que ayuda) en su regreso a Ítaca.
El Eptaneso está formado por siete islas, más o menos grandes, pero en total están recogidos dentro de esa misma denominación hasta 123 islas o islotes de los que sólo 28 están habitados.
Todos presumen de tener el mejor vino y el mejor aceite de Grecia. El vino se deja beber, sobre todo si está bien fresco y el aceite es bueno pero mucho más caro que en España. Eso es todo por hoy, queridos y queridas. La próxima crónica será desde el sur de Italia.
Salud. El A.C.
EL REGRESO (Águila Coaz)
SINGLADURA 8-9
Hoy es la fiesta de la Encina, Patrona del Bierzo

Hoy es la fiesta de la Encina, Patrona del Bierzo

Dado que el 80% de la tripulación somos bercianos, nos pusimos el traje y fuimos a hacer una
ofrenda floral en una bonita ermita que se halla en el centro de la ciudad-pueblo. Como está acogida a la devoción de Agia Pinnaria, nos pareció un nombre bastante aproximado, porque al fin y al cabo pinos y encinas son árboles.
Salimos a las 06,30 de la mañana rumbo a Paxi, una isla situada a 40 millas de Lefkada y tan sólo a 7 de Kerkira (Corfú).
Para no tener que rodear la isla decidimos cruzar por la zona oriental.
Dice la leyenda (aquí hay leyendas para todo) que la isla de Lefkada estuvo unida al continente por el norte hasta el siglo VII a.C., época en que los corintios –que la habían colonizado- decidieron excavar la estrecha lengua de tierra y separarla, así, del continente.
Sigue la leyenda contando que, de esa manera, era más difícil llegar a los habitantes del continente a los plenos del ayuntamiento, ya que los de la isla les birlaban las barcas. Así, no les pagaban las comisiones por asistencia, porque cuando conseguían una barca y llegaban al ayuntamiento (Demarjeio), el pleno ya había acabado. He de decir, con todo el respeto, que yo no me creo este rollo.
En la actualidad el acceso se efectúa por un puente móvil, hasta donde hay un canal de unas cuatro millas bien balizado.
Lo malo es después del puente, porque hay una boya roja en el medio del canal y hay que elegir si dejarla por babor o estribor.
El patrón, siguiendo la norma del mar (y de acuerdo con su querencia natural) decidió, y decidió mal, y hubo que dar marcha atrás y dejar la boya por estribor. Y así, despacito, fuimos cruzando la media milla que faltaba hasta llegar a mar abierto sin mayores problemas.
Paxi es la isla más pequeña del Eptaneso. Es muy verde y tiene hermosa playas. Su capital está en una bahía resguardada por dos islotes que dejan un canal por el norte, único acceso para barcos grandes.
La ciudad, Gaio, es muy bonita, con callejuelas estrechas y con mucho ambiente.
A la entrada del canal hay una empresa de hidroaviones que hace el servicio aéreo con la vecina Corfú y con Patrás, y es todo un espectáculo ver amerizar y despegar a los hidros entre veleros y motoras en un canal de no más de trescientos metros.
Fondeamos un poco más adentro (no sea el demonio) y nos fuimos a dar un paseo y a hacer unas compras. Más tarde, cena a bordo: Huevos escalfados con alcachofas, guisantes y jamón que preparó el segundo (exquisitos. Gastamos la hogaza de pan que habíamos comprado).Después, un rato de tertulia y un poco de música en vivo a cargo de la orquesta de a bordo.
Boas noites. El A. C.

Salimos a las 06,30 de la mañana rumbo a Paxi, una isla situada a 40 millas de Lefkada y tan sólo a 7 de Kerkira (Corfú).
Para no tener que rodear la isla decidimos cruzar por la zona oriental.
Dice la leyenda (aquí hay leyendas para todo) que la isla de Lefkada estuvo unida al continente por el norte hasta el siglo VII a.C., época en que los corintios –que la habían colonizado- decidieron excavar la estrecha lengua de tierra y separarla, así, del continente.
Sigue la leyenda contando que, de esa manera, era más difícil llegar a los habitantes del continente a los plenos del ayuntamiento, ya que los de la isla les birlaban las barcas. Así, no les pagaban las comisiones por asistencia, porque cuando conseguían una barca y llegaban al ayuntamiento (Demarjeio), el pleno ya había acabado. He de decir, con todo el respeto, que yo no me creo este rollo.
En la actualidad el acceso se efectúa por un puente móvil, hasta donde hay un canal de unas cuatro millas bien balizado.
Lo malo es después del puente, porque hay una boya roja en el medio del canal y hay que elegir si dejarla por babor o estribor.
El patrón, siguiendo la norma del mar (y de acuerdo con su querencia natural) decidió, y decidió mal, y hubo que dar marcha atrás y dejar la boya por estribor. Y así, despacito, fuimos cruzando la media milla que faltaba hasta llegar a mar abierto sin mayores problemas.
Paxi es la isla más pequeña del Eptaneso. Es muy verde y tiene hermosa playas. Su capital está en una bahía resguardada por dos islotes que dejan un canal por el norte, único acceso para barcos grandes.
La ciudad, Gaio, es muy bonita, con callejuelas estrechas y con mucho ambiente.
A la entrada del canal hay una empresa de hidroaviones que hace el servicio aéreo con la vecina Corfú y con Patrás, y es todo un espectáculo ver amerizar y despegar a los hidros entre veleros y motoras en un canal de no más de trescientos metros.
Fondeamos un poco más adentro (no sea el demonio) y nos fuimos a dar un paseo y a hacer unas compras. Más tarde, cena a bordo: Huevos escalfados con alcachofas, guisantes y jamón que preparó el segundo (exquisitos. Gastamos la hogaza de pan que habíamos comprado).Después, un rato de tertulia y un poco de música en vivo a cargo de la orquesta de a bordo.
Boas noites. El A. C.
lunes, 8 de septiembre de 2008
EL REGRESO (Águila Coaz)
SINGLADURA 7-9
Es domingo. Después de la Santa Misa, salimos, sin mucha prisa hacia Lefkada, que está a unas 25 millas de Ítaca.
Como sabe todo el mundo, lefkos (leukos) significa blanco. De ahí el nombre de la isla: Toda la costa occidental está ocupada por una inmensas rocas blanquísimas, que desde la distancia
parecen nieve.
Aquí vivió Safo, la poetisa de Lesbos que vino a Lefkada a llorar su pena por el amor, no correspondido, que sentía por la dulce Faón.
Era tanta su tristeza que decidió suicidarse lanzándose al mar desde un altísimo acantilado llamado “El salto de Safo”.
Una vez en la isla, pusimos rumbo a Nydri, ciudad situada en una bahía (kolpos) en la costa oriental, que es el mayor centro turístico de la isla.
En la entrada de la bahía hay media docena de pequeñas islas repletas de pinos y cedros. Una de ellas es Skorpios, donde venía Onassis a retozar con Jacqueline ex Kennedy. Recordaréis que ya era un hombre de avanzada edad, pero, como dice un amigo nuestro muy querido, Leopoldo, “mientras hay lengua, hay home”.
El pueblo está formado, básicamente, por dos calles paralelas al mar. En la primera línea, los consabidos restaurantes y chiringuitos. En la segunda, tiendas de souvenirs y muchas joyerías.
Después de hacer algunas compras, decidimos ir a cenar a un restaurante italiano. Nos atendió un camarero llamado Spiros, que, cuando se enteró de que éramos españoles, nos dio una lección de fútbol español.
Sabía infinitamente más de la liga española, de los futbolistas, de los entrenadores que todos nosotros juntos.
Nos recitó la alineación de la Ponferradina y, aunque estábamos seguros de que iba de farol, no pudimos rebatírselo.
Y es que, si hay un rasgo común que defina a los griegos, es su pasión por el fútbol.
Yo, a cambio; le enseñé a decir: ¡Visca el Barça!
Y es que uno, tiene su corazoncito.
Boas noites o Kalinijta. A.C. (águila coaz)
Es domingo. Después de la Santa Misa, salimos, sin mucha prisa hacia Lefkada, que está a unas 25 millas de Ítaca.
Como sabe todo el mundo, lefkos (leukos) significa blanco. De ahí el nombre de la isla: Toda la costa occidental está ocupada por una inmensas rocas blanquísimas, que desde la distancia

Aquí vivió Safo, la poetisa de Lesbos que vino a Lefkada a llorar su pena por el amor, no correspondido, que sentía por la dulce Faón.
Era tanta su tristeza que decidió suicidarse lanzándose al mar desde un altísimo acantilado llamado “El salto de Safo”.
Una vez en la isla, pusimos rumbo a Nydri, ciudad situada en una bahía (kolpos) en la costa oriental, que es el mayor centro turístico de la isla.
En la entrada de la bahía hay media docena de pequeñas islas repletas de pinos y cedros. Una de ellas es Skorpios, donde venía Onassis a retozar con Jacqueline ex Kennedy. Recordaréis que ya era un hombre de avanzada edad, pero, como dice un amigo nuestro muy querido, Leopoldo, “mientras hay lengua, hay home”.
El pueblo está formado, básicamente, por dos calles paralelas al mar. En la primera línea, los consabidos restaurantes y chiringuitos. En la segunda, tiendas de souvenirs y muchas joyerías.
Después de hacer algunas compras, decidimos ir a cenar a un restaurante italiano. Nos atendió un camarero llamado Spiros, que, cuando se enteró de que éramos españoles, nos dio una lección de fútbol español.
Sabía infinitamente más de la liga española, de los futbolistas, de los entrenadores que todos nosotros juntos.
Nos recitó la alineación de la Ponferradina y, aunque estábamos seguros de que iba de farol, no pudimos rebatírselo.
Y es que, si hay un rasgo común que defina a los griegos, es su pasión por el fútbol.
Yo, a cambio; le enseñé a decir: ¡Visca el Barça!
Y es que uno, tiene su corazoncito.
Boas noites o Kalinijta. A.C. (águila coaz)
EL REGRESO (Águila Coaz)
SINGLADURA 6-9
Salimos con rumbo a Ítaca, pequeña isla separada de Kefalonia por un estrecho de unos 4 Km.
Es una isla con mucha vegetación y hermosas bahías.
Su capital, Vathi, está al fondo de una profunda bahía protegida por un islote que oculta la entrada. Sus casas, ninguna de más de dos pisos se extienden por la ladera de una montaña de forma que, al atardecer es un bello espectáculo contemplar las luces u el contraluz de las montañas.
En el puerto, como es habitual en todas estas islas, una sucesión de terrazas y chiringuitos, con el techo de caña de bambú adornados con luces de todos los colores.En uno de ellos cenamos después de una paciente espera de media hora hasta que vinieron a atendernos. Aquí la prisa no existe. Regamos la cena con un vino tinto (krasí kokhino) de la tierra, que venden ¡por kilos!, así que nos metimos entre pecho y espalda cuatro jarras de medio kilo cada una.
Cuando estábamos con la sobremesa, se nos acercó un oriundo -lo invitamos a un vino- que nos contó una historia muy curiosa. Parece ser que los itaqueños (itaquenses, según algunos) tienen fama de ser “de la virgen del puño” y muy desconfiados.
Cuando van a comprar una nevera, no preguntan cuántas estrellas tiene o si dispone de sistema de eliminación de escarcha o cualquier otra cuestión técnica. Lo que preguntan es si tiene luz, a lo que el vendedor, naturalmente, responde que sí.
-¿Y se apaga cuando se cierra la puerta?
-Por supuesto.
-¿Y cómo sé yo que eso es verdad? ¿No me estará contando una milonga (milongaka), y la luz queda siempre encendida?
Así que nuestro interlocutor lleva una temporada diseñando una especie de periscopio para acoplar a las neveras por donde el usuario desconfiado pueda mirar a ver si, realmente, la luz está apagada cuando se cierra la puerta.
Muy cerca de Vathi está la gruta de las ninfas (marmarospilia) donde, según Homero, Ulises escondió el tesoro que traía consigo, procedente, en buena parte, de los regalos que le habían ofrecido todos los amigos que hizo en los diez años que duró su regreso desde Troya.
Pero, lo que no dice Homero, según los maledicentes de Kefalonia, es que el mejor regalo se lo hizo la fiel Penélope con docena y media de churumbeles, de 1 a 19 años, que correteaban por el palacio.
Estuvimos fondeados en Vathi y, como era sábado, tuvimos que soportar el chunda-chunda de dos bodas, a unos doscientos metros, en las que competían a ver quién hacía mas ruido. El barco retumbaba, pero, aun así, los tripulantes dormimos razonablemente.
Abrazotes. El Águila Coaz.
Salimos con rumbo a Ítaca, pequeña isla separada de Kefalonia por un estrecho de unos 4 Km.
Es una isla con mucha vegetación y hermosas bahías.
Su capital, Vathi, está al fondo de una profunda bahía protegida por un islote que oculta la entrada. Sus casas, ninguna de más de dos pisos se extienden por la ladera de una montaña de forma que, al atardecer es un bello espectáculo contemplar las luces u el contraluz de las montañas.
En el puerto, como es habitual en todas estas islas, una sucesión de terrazas y chiringuitos, con el techo de caña de bambú adornados con luces de todos los colores.En uno de ellos cenamos después de una paciente espera de media hora hasta que vinieron a atendernos. Aquí la prisa no existe. Regamos la cena con un vino tinto (krasí kokhino) de la tierra, que venden ¡por kilos!, así que nos metimos entre pecho y espalda cuatro jarras de medio kilo cada una.
Cuando estábamos con la sobremesa, se nos acercó un oriundo -lo invitamos a un vino- que nos contó una historia muy curiosa. Parece ser que los itaqueños (itaquenses, según algunos) tienen fama de ser “de la virgen del puño” y muy desconfiados.
Cuando van a comprar una nevera, no preguntan cuántas estrellas tiene o si dispone de sistema de eliminación de escarcha o cualquier otra cuestión técnica. Lo que preguntan es si tiene luz, a lo que el vendedor, naturalmente, responde que sí.
-¿Y se apaga cuando se cierra la puerta?
-Por supuesto.
-¿Y cómo sé yo que eso es verdad? ¿No me estará contando una milonga (milongaka), y la luz queda siempre encendida?
Así que nuestro interlocutor lleva una temporada diseñando una especie de periscopio para acoplar a las neveras por donde el usuario desconfiado pueda mirar a ver si, realmente, la luz está apagada cuando se cierra la puerta.
Muy cerca de Vathi está la gruta de las ninfas (marmarospilia) donde, según Homero, Ulises escondió el tesoro que traía consigo, procedente, en buena parte, de los regalos que le habían ofrecido todos los amigos que hizo en los diez años que duró su regreso desde Troya.
Pero, lo que no dice Homero, según los maledicentes de Kefalonia, es que el mejor regalo se lo hizo la fiel Penélope con docena y media de churumbeles, de 1 a 19 años, que correteaban por el palacio.
Estuvimos fondeados en Vathi y, como era sábado, tuvimos que soportar el chunda-chunda de dos bodas, a unos doscientos metros, en las que competían a ver quién hacía mas ruido. El barco retumbaba, pero, aun así, los tripulantes dormimos razonablemente.
Abrazotes. El Águila Coaz.
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