
La moto casi no se veía, iba tapada de bolsas por todos los lados. Cargamos todo en la zódiac, devolvimos la moto y para el Odysseas.
Cenamos y, como no nos apetecía salir, quedamos en el barco viendo una película y leyendo.
Chao chaval@s
El Capi.
Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
2 comentarios:
Desde la profundidad del pozo donde nos ha metido la Dirección Provincial te mandamos un fuerte abrazo, para que sigas disfrutando de la inmensidad del mar ya que nosotros no podemos hacerlo.
Enar, María Jesús y los nuevos.
jo q pena rumbo a casa,y yo aqui enganchada de vuestro viaje,con una envidia mortal.
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