viernes, 15 de agosto de 2008

EL EGEO (El Capi)

15/08/08 9:02
SINGLADURA 14/8
Al levantarnos, hicimos algo de compra, arriamos la zódiac con su equipo habitual, (en un taper grande y hermético, cámaras, teléfono y algo de dinero, fuera aletas, arpones, gafas y tubo, fondeo, gasolina de reserva etc. ) y Manuel y yo zarpamos a recorrer la parte noroeste y acercarnos a la isla de Nimos y a los islotes de Khondros y Plati, no sin antes cruzar la bahía para dejar a Javier en la oficina de las autoridades para formalizar nuestra estancia en Symi, pues aquí las autoridades son bravas.
Os voy a relatar lo que nos pasó a la llegada.
Al atardecer el atraque se convierte en un caos, pues la arribada de yates, goletas y lanchas es impresionante y no hay sitio para todos, el guarda muelles va colocando uno a uno para aprovechar al máximo el espacio, y mientras te toca el turno hay que esperar con máquina adelante y atrás, todo esto lleno de barcos haciendo lo mismo en un espacio reducido. Pues bien 7 mal educados italianos en un barco que alquilaron en el Pireo, pasaron el turno de lo cual el guarda muelles no se enteró, amarraron primero, y el guarda muelles nos mandó amarrar al lado de ellos. El cabo nuestro de popa de estribor, pasaba por encima de su pasarela, y empezaron a protestar y a decir que lo soltaban, el guarda muelles les dijo que dejaran el cabo donde estaba y uno de ellos con toda su chulería lo soltó. Saltó Manuel al muelle para volver amarrarlo y los demás preparándonos para la gresca, pero no hizo falta, el guarda muelles, llamó a la autoridad competente, que personada les comunicó que el cabo está bien donde estaba, que no se ocurriese volver a tocarlo. Creímos que ahí había acabado todo, pues no. Al cabo de 10 minutos apareció un coche con dos policías, los hizo desembarcar a todos con sus pasaportes, y se llevaron al capitán y los dos individuos que habían soltado el cabo, no se lo que les harían, lo que si se es que les machacaron la tarde porque regresaron a las tres horas y tenían que presentarse al día siguiente otra vez en las oficinas y estaban bastante distantes.
Bueno a lo nuestro, Manuel y yo pasamos la mañana en un agua de un azul intenso, temperatura de 27º, fondos preciosos o sea disfrutando como dos enanos, y eso que el motor fuera borda nos dio algún problema, ya que el conector del depósito con el motor no era estanco y el motor aspiraba aire en vez de gasolina y se nos paraba. Lo solucionamos quitando la capota de motor y enchufando la alimentación directamente al carburador sin el conector. Cuando nos cansamos de estar en el agua nos fuimos a un entrante próximo a Chorio y allí en un restaurante en la playa comimos. De regreso al barco izamos el motor para su reparación pero había que sustituir la pieza de conexión del depósito con el motor, cosa que haremos mañana si la encontramos.
Siesta esperando que bajen las temperaturas. Cuando el sol aflojó Manuel empezó la ascensión de los 500 escalones y Javier y yo pillamos un autobús que nos llevó al encuentro con Manuel en la cima. Recorrimos el pueblo y comenzamos el descenso por las escaleras, en la mitad del descenso y en las mismas escaleras, había una terraza preciosa, que aparte de las sillas y mesas habituales, tenía multitud de cojines para la gente que quisiera sentarse en los escalones, con buena música y unas vistas impresionantes sobre la bahía y allí estuvimos tomando unas cervezas y viendo la puesta de sol hasta bien entrada la noche.

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